sábado, 8 de marzo de 2014

Metales no ferrosos: otros

Niquel:
Es un metal de transición de color blanco plateado con un ligero toque dorado, conductor de la electricidad y del calor, muy dúctil y maleable por lo que se puede laminar, pulir y forjar fácilmente, y presentando ferromagnetismo a temperatura ambiente. Es otro de los metales altamente densos.
Las minas de Canadá, Cuba y Rusia producen hoy día el 70% del níquel consumido. Otros productores mayores son Bolivia y Colombia.
Aproximadamente el 65% del níquel consumido se emplea en la fabricación de acero inoxidable austenítico y otro 12% en superaleaciones. El restante 23% se reparte entre otras aleaciones, baterías recargables, catálisis, acuñación de moneda, recubrimientos metálicos y fundición.
Cobalto: 
El cobalto es un metal ferromagnético, de color blanco azulado. Su temperatura de Curie (temperatura por encima de la cual un cuerpo ferromagnético pierde su magnetismo) es de 1388 Kelvin. Normalmente se encuentra junto con níquel, y ambos suelen formar parte de los meteoritos de hierro.
En 2005, los depósitos de cobre en la provincia de Katanga (antigua provincia de Shaba) de la República Democrática del Congo fueron el principal productor de cobalto con casi el 40% cuota mundial. Por otro lado, el proyecto de la Montaña Mukondo, operado por la Central African Mining and Exploration Company (CAMEC) en Katanga, fue una de las más ricas reservas de cobalto en el mundo. En 2008 produjo alrededor de un tercio de la producción total mundial de cobalto.
Se emplea sobre todo en superaleaciones de alto rendimiento, como las usadas en turbinas de gas de aviación, en Imanes y cintas magnéticas, en la catálisis del petróleo y en la industria química o en cables de acero de neumáticos.
 Wolframio:
Es de color gris acerado, muy duro y denso, tiene el punto de fusión más elevado de todos los metales y el punto de ebullición más alto de todos los elementos conocidos. Es escaso en la corteza terrestre y se encuentra en forma de óxido y de sales en ciertos minerales.
El wolframio es un material estratégico y ha estado en la lista de productos más codiciados desde la Segunda Guerra Mundial. Su variedad de carburo de wolframio sinterizado se emplea para fabricar herramientas de corte, hecho que absorbe más del 60% de la demanda mundial de wolframio. Además, sin este metal no se podrían producir de una forma económica todas las máquinas que nos rodean y las cosas que se pueden producir con ellas.
Cromo: 
El cromo es un metal gris acerado de transición duro, frágil y brillante. Es muy resistente frente a la corrosión.

Se obtiene a partir de la cromita (FeCr2O4). La cromita se obtiene calentando a la cromadora en presencia de aluminio o silicio (mediante un proceso de reducción). Aproximadamente la mitad de las cromadoras se extraen de Sudáfrica. También se obtiene en grandes cantidades en Kazajistán, India y Turquía,
 Aproximadamente se producen millones de toneladas de cromita, de la cual la mayor parte se emplea para aleaciones inoxidables (cerca de un 70%), por ejemplo para obtener ferrocromo (una aleación de cromo y hierro, con algo de carbono). Otra parte (un 15% aproximadamente) se emplea directamente como material refractario y, el resto, en la industria química para obtener diferentes compuestos de cromo.
Se han descubierto depósitos de cromo metal, aunque son poco abundantes; en una mina rusa (Udachnaya) se producen muestras del metal, en donde el ambiente reductor ha facilitado la producción de diamantes y cromo elemental.
Magnesio:  
El magnesio elemental es un metal de color blanco plateado, liviano y medianamente duro. Forma parte de numerosos compuestos, en su mayoría óxidos y sales; es insoluble. En contacto con el aire se vuelve menos lustroso, aunque a diferencia de otros metales no necesita ser almacenado en ambientes libres de oxígeno, ya que está protegido por una fina capa de óxido, la cual es bastante impermeable y difícil de sacar.
El magnesio es el sexto elemento más abundante en la corteza terrestre, sin embargo no se encuentra libre, sino en combinación con de más de 60 minerales, siendo los más importantes industrialmente los depósitos de dolomía, dolomita, magnesita, brucita, carnalita y olivino.
En Estados Unidos el metal se obtiene principalmente por electrolisis del cloruro de magnesio, método que ya empleaba Robert Bunsen, obtenido de salmueras y agua de mar.
Los compuestos de magnesio, principalmente su óxido, se usan como material refractario en hornos para la producción de hierro y acero, metales no férreos, cristal y cemento, así como en agricultura e industrias químicas y de construcción. También se emplea como elemento de aleación del aluminio, utilizándose en envases de bebidas, en componentes de automóviles y en maquinaria diversa.